Sunday, January 10, 2010
MUERTE DE ABEL MARTIN
Los últimos vencejos revolean
en torno al campanario;
los niños gritan, saltan, se pelean.
En su rincón, Martín el solitario.
¡La tarde, casi noche, polvorienta,
la algazara infantil, y el vocerío,
a la par, de sus doce en sus cincuenta!
¡Oh alma plena y espíritu vacío,
ante la turbia hoguera
con llama restallante de raíces,
fogata de frontera
que ilumina las hondas cicatrices!
Quien se vive se pierde, Abel decía.
¡Oh distancia, distancia!, que la estrella
que nadie toca, guía.
¿Quien navegó sin ella?
Distancia para el ojo -¡oh lueñe nave-,
ausencia al corazón empedernido,
y bálsamo suave
con la miel del amor sagrado olvido.
¡Oh gran saber del cero, del maduro
fruto sabor que sólo el hombre gusta,
agua de sueño, manantial oscuro,
sombra divina de la mano augusta!
Antes me llegue, si me llega, el día,
la luz que ve increada,
ahógame esta mala gritería,
Señor, con las esencias de tu nada.
II
El ángel que sabía
su secreto salió a Martín al paso.
Martín le dio el dinero que tenía
¿Piedad?, tal vez. ¿Miedo al chantaje?, acaso.
Aquella noche fría
supo Martín de soledad; pensaba
que Dios no lo veía,
y en su mundo desierto caminaba.
III
Y vio a la musa esquiva,
de pie junto a su lecho la enlutada,
la dama de sus calles fugitiva,
la imposible al amor y siempre amada.
Dijo le Abel: "Señora,
por ansia de tu cara descubierta,
he pensado vivir hasta la aurora
hasta sentir mi sangre casi yerta.
Hoy sé que no eres tú quien yo creía;
mas te quiero mirar y agradecerte
lo mucho que me hiciste compañía
con tu frío desdén".
Quiso la muerte
sonreir a Martín, y no sabía.
IV
Viví, dormí, soñé y hasta he creado
-pensó Martín, ya turbia la pupila-
un hombre que vigila
el sueño, algo mejor que lo soñado.
Más si un igual destino
aguarda al soñador y al vigilante,
a quién trazó caminos,
y a quién siguió caminos, jadeante,
a fin, sólo es creación tu pura nada,
tu sombra de gigante,
el divino cegar de tu mirada.
V
Y sucedió a la angustia la fatiga,
que siente su esperar desesperado,
la sed que el agua clara no mitiga,
la amargura del tiempo envenenado.
¡Esta lira de muerte!
Abel palpaba
su cuerpo enflaquecido.
¿El que todo lo ve no le miraba?
¡Y esta pereza, sangre del olvido!
¡Oh, sálvame, Señor!
Su vida entera,
su historia irremediable aparecía
escrita en blanda cera.
¿Y ha de borrarte el sol del nuevo día?
Abel tendió su mano
hacia la luz bermeja
de una caliente aurora de verano,
ya en el balcón de su morada vieja.
Ciego, pidió la luz que no veía.
Luego llevó, sereno,
el limpio vaso, hasta su boca fría,
de pura sombra -¡oh, de pura sombra!- lleno.
ALEJANDRA MARCIEL LOPEZ
http://caminoasermujer.blogspot.com
Monday, January 4, 2010
I WAITED FOR YOU
I waited for you that night
And you did not come.
I waited for your call,
And you did not phone.
I waited for your car to drive up
And it never appeared.
I wanted to call you around eleven pm,
I want to take you your usual just around then.
But you had an appointment so I thought you were there,
And so I sat waiting for you to appear.
At two o´clock I decided to wait no more.
So, Oscar and I decided to close the door.
I did not fall asleep for another hour or two.
I just laid in bed thinking about me and you.
The next day I awoke with a start at seven,
I was going to call you around then.
But I figured you´d be asleep so it would make no sense,
So I closed my eyes as I laid there surrounded by the smell of incense.
At 9am I sent you a text to remind you to call,
I did not know you were not there at all.
We went out and it was not until after three,
That I expressed what your absence was doing to me.
Because we had such a rule in our home,
I waited for your call feeling somewhat alone.
A call came at 5 but it was not from you,
Suddenly my world changed and I didn´t know what to do.
I went looking for you and no one could say,
I went everywhere searching for you on that day.
Finally at our home someone said those words I still hear,
Then I realized what had happened and I felt the tear.
Days turned into weeks and weeks now into months,
As we seek justice and as the evidence mounts.
I waited for you to arrive that day,
I waited for your call for you to say,
“Hola, negrita, mi amor, como estas?
Ya tengo hambre, en que piensas?”
And I would say, “Adonde sea, cielo, no importa, mi amor,”
Porque ya sabía que sea como sea estaría contigo,
Y juntos estaríamos en nuestro mundo de YO PUEDO.
So I waited for you and you never came,
Now I am sitting here in so much pain.
You are still with me, I know that to be,
Because you were always so much a part of me.
But I waited for you that silent night,
When someone took you away and turned off my light.
I waited for you and I wait for you now,
To tell me what happened, to tell me just how.
Can I go on living without you by my side?
Will my tears forever come with the tide?
Y la pregunta sigue siento lo mismo, mi amor…
La pregunta que te hice muchas veces sin este dolor,
-¿Sabes que, mi cielo?-
Y tu, riéndote me decías, -¿Que, negrita?-
-Te amo un chingo,- yo te decía.
Y nos abrazábamos, riendo, y besando.
And so I wait…
Brenda A. Ysaguirre
January 4, 2010
Copyright 2010 Brenda A. Ysaguirre
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